Crítica de “A través de Tola”

A través de Tola: Sincerarse con la imagen

Por Grecia Juárez

Cortesía FICUNAM

Hay una cierta similitud en los documentales sobre desapariciones estrenados en los últimos años; en estos, el relato suele habitar entre los procesos de búsqueda y de cómo estos cambian la vida de las familias afectadas. En A través de Tola es distinto; en la ópera prima de Casandra Casasola, el tema no es la búsqueda, sino una construcción que muestra cómo se percibe la ausencia de un padre desaparecido, partiendo de la figura de Tola, abuela paterna de la realizadora. 

La mirada de Casandra Casasola se posa sobre los detalles de la vida de su abuela: una cortina que se mueve con el viento, un hilo de bordar insertado en una aguja, fotografías familiares y retratos. Comenzó queriendo hacer un documental sobre su abuela, por eso las imágenes muestran su mundo; sin embargo, en el camino se hizo consciente de las violencias ligadas a la vida de César, su padre, las cuales, por ende, atraviesan la suya y la de tres generaciones en la familia: abuela, madre e hija. 

Cortesía Imcine

César desapareció un día cuando iba a trabajar. En ese sentido hay valentía en este documental al nombrar la violencia ejercida por una persona que ya no está y tratar de reconstruirla a través de las voces de las mujeres que convivieron con él. “La verdad es que al principio no quería que volviera […] a la vez sí quería que regresara porque es mi padre”, es una de las declaraciones que se confiesan a la cámara y que surgen en un ejercicio de sinceridad y confrontación que permite entender la cadena de violencias, aprendidas y heredadas.

Si el relato es de por sí íntimo, Casandra establece un código visual para reforzarlo con imágenes que le son cercanas a su entorno: cuando se habla de la desaparición de su padre, un grupo de hormigas aparecen en pantalla mientras que, cuando se menciona el duelo, se muestran gotas que caen, agua estancada, un cielo que amenaza con llover; es decir, la contención de esos elementos muestra también una contención emocional provocada por el dolor. La estructura del documental establece así un lenguaje que teje la memoria con la imagen cuando las fotografías se sobreponen a escenas en movimiento mientras que el material de archivo, que muestra al padre en vida, parece expresar también una necesidad de observarlo, cuantas veces sea necesario, antes de decirle adiós. 

A través de Tola regresa a su cauce y deja ver a la abuela como alguien con deseos e intereses más allá de las otras historias que la atraviesan. Por su parte, Casandra realiza su propia despedida al ligar el pensamiento con escenas donde el agua, antes inmóvil, ahora está fluyendo. Nieta y abuela se muestran listas para dejar ir gracias al ejercicio previo de mirar hacia adentro y sincerarse, en un proceso del que somos testigos gracias a la reconstrucción.


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