
Rodeada de monsteras y enredaderas tejidas en crochet, una mujercita de cabello rosa vierte agua en la tierra y observa con asombro cómo las plantas crecen.
Andrea León, directora del cortometraje animado que contiene esa escena, comparte que la idea para hacerlo surgió de un momento en el que sólo le interesaba cuidar sus plantas y regarlas. “Tenía un profe que nos decía ‘Este arte es un arte de exhibicionistas’ y que algo genuino solo es genuino cuando tú realmente pones tu alma en el proyecto y te ves reflejado en él. Y sí, el proyecto soy yo, porque estaba en un periodo depresivo y de ansiedad muy fuerte cuando lo empecé a escribir”, menciona.
El corto Las plantas también mueren nace de esa angustia que se cocinó durante la pandemia de COVID 19. Se trata del primer cortometraje dirigido por la directora de 23 años y oriunda de Cuernavaca; la película tardó alrededor de un año en realizarse, y surgió como un proyecto de su licenciatura (en Centro), que requirió medio año de trabajo para la carpeta de producción y otro semestre para su puesta en escena.
El resultado es una producción de seis minutos en el que las fibras de lana dotan de vida a Alba, la protagonista. Sin palabras de por medio, la mujer de cabello color bugambilia dota de cuidado y cariño al verdor que habita su casa y pronto también sus sueños.
“La idea nace de estas sensaciones que yo tenía en el cuerpo por la ansiedad. Yo lo describo como un hormigueo. Y quería que eso se texturizara en el corto y creo que la animación es un gran elemento para poder transmitirlo.”
La ansiedad comenzó a manifestarse de forma física en Andrea y, además de buscar ayuda para tratarla, la materializó en esta pequeña cinta. “Mi psiquiatra me decía constantemente ‘No hay crecimiento sin dolor.’ Esa es la premisa del corto. También el ciclo de la vida que constantemente se repite y que la muerte pasa y está bien. Y que a veces hay que morir para poder renacer”, agrega.

Andrea, quien mientras platicamos luce el mismo corte que Alba pero en color azul, integró su propio mundo en su cortometraje. Además de esa semejanza con la protagonista y su amor por las plantas, los tonos verdes y azules son parte de su ambiente en Cuernavaca, y a luz del cuarto de Alba es igual a la luz de su habitación, según comenta.
Luego de esta primera incursión en la animación, Andrea León desea continuar en ese camino, pues disfrutó mucho la experiencia y el trabajo en equipo, además de la técnica utilizada. “Se me hace algo muy bonito que el crecimiento de las plantas se parece mucho al proceso del stop motion, que es muy lento, pero a lo largo del tiempo sí se ve un cambio muy abrupto”, expresó.
En la realización del cortometraje participaron también talentos jóvenes como Miguel Ríos (director de fotografía), María José González (diseñadora sonora), Ana Luisa Osuna (productora), Zullydy Mouret (directora de arte), entre otros.
Las plantas también mueren forma parte de la sección de Cortometraje Mexicano de Animación del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) de 2022.
